A la película de 1957 Escrito bajo el sol (cuya traducción más directa habría sido Alas de Águila), protagonizada por John Wayne y Maureen O’Hara, debe su nombre el sorprendente vencedor del 238º Derby de Epsom Wings of Eagles.
Con ella el jockey irlandés Padraig Beggy ha pasado al cuadro de honor en la que era su primera monta en la carrera y no muchos aficionados podrán contar gran cosa de este jinete, sin éxito conocido hasta el momento fuera de Irlanda y con un puñado, pequeño, de montas en Inglaterra durante los últimos cinco años. Una victoria en una preparatoria para las 1000 Guineas irlandesas del presente año sobre Hydrangea es la única victoria en carrera principal que luce en su currículo.
Pero el cambio de ritmo que ejecutó en los últimos metros este hijo de Pour Moi (y por el mismo sitio de la pista por la que ganara éste en 2011) fue de enorme nivel, pasando en un suspiro a los dos favoritos, Cliffs of Moher y Cracksman, que hicieron las colocaciones por este orden. Con esa aceleración y el hecho de dejar detrás justo a los 3 primeros favoritos de la prueba (Eminent también estaba en la pelea final) se le puede dar algo más de valor a su victoria que lo que indicaría su cotización 40/1, una sorpresa en apuestas que ya esperaban muchos en una edición de la Blue Ribband tan abierta y sin grandes protagonistas incontestables. Lo que valida la estrategia de sus propietarios de hacer participar a todos aquellos purasangres de enorme origen fondista que han apuntado mínimamente en cualquier preparatoria. Pocas veces como ésta necesitamos que llegue pronto el Irish Derby para confirmar si Wings of Eagles es la superestrella que nos ha prometido con esa enorme aceleración final.
En la imagen prinicpal y acercándose a la meta, Wings of Eagles (gorra blanca), sobrepasa a los 3 grandes favoritos.
CASPIAN PRINCE, TRES VECES CENTELLA
Si en una de las carreras más difíciles de pronosticar de todo el año, el Dash Stakes que precede a la disputa del Derby, se quiere ahorrar tiempo la opción es Caspian Prince, que nunca decepciona. Ha ido cambiando de preparación constantemente, sólo en 2017 lo ha hecho tres veces, pero el hijo de Dylan Thomas y nieto de Rainbow Quest (criado por tanto para la distancia, no para el más rápido sprint de 1000 metros) ni se inmuta.
Por tercera vez ha vencido en la prueba, y cada una de ellas para un entrenador y un jockey diferente, y en esta ocasión hasta se ha permitido salir por el peor cajón posible, el 1 y vencer sin necesidad de foto-finish, que tampoco es la costumbre de esta personalísima prueba.

Texto y Fotos: Jesús de Miguel